Menos canales de televisión gratuitos. Se multiplican los anuncios de emisoras de radio. También los de cadenas de pago. Baratas el primer trimestre, luego ya sabemos.
En principio la nueva situación favorece a las familias pudientes. Generalmente Pepes. Veremos el grado de «indisposición» entre las clases medias y bajas.
Históricamente menos televisión genera más pensamiento independiente.
A más tiempo para pensar «otra mente» más probabilidad de desacuerdo con el orden imperante.
Todo esto es pura teoría. Firmemente basada pero hipotésica al fin.
En un tiempo medio veremos en que resulta todo. Opino que el individuo, cuando piensa libremente—sin influencias—, llega a puntos de trascendencia más «elevados». Lo cual puede ser tan productivo como potencialmente peligroso para el resto prójimo.
Procurando posicionarme en positivo tengo que ser optimista. La inteligencia es indispensable para la necesitada reparación de nuestro entornó todo. Lastimosamente la «listeza» es peligrosamente parecida en sus modos pero desmedidamente diferente en sus resultados.
Una sociedad inteligente identificara eficazmente necesidades REALES. Propósitos coherentes en su todo.
Una clase dirigente simplemente «lista» verá y se verá cegada por motivos propios de corta duración que dañarán incluso a sus propios hijos.
Menos horas de televisión posiblemente nos lleve a más reflexión. Posiblemente.
Eso posiblemente un día veremos algo más allá de nuestras propias narices.