Atención: En este escrito no trato de hacer valoraciones. Solo trato de expresar sensaciones y sentimientos vividos. Y no tienen por qué reflejar una verdad. Ni siquiera una opinion: tengo mucho respeto (incluso miedo) a las enfermedades del ánimo. Si quiero constatar que las enfermedades del alma son muy diferentes entre gente de sociedades acomodadas. Ni más ni menos graves.
Estadio primero:
Adolecer de impotencia ante lo que nos rodea. Ver como el mundo se ha convertido en externo. Exterior a ti y antagónico.
Antagonista; que no solamente el mundo nos ningunea sino que nos traba las salidas que creemos ver. Se opone a que saquemos la cabeza del agua.
Ya hasta los objetos tienden a caerse. A exasperarme las cerraduras correosas, las llaves que caen. Si algo puede salir mal…normalmente saldrá. Y no se trata solo de teoría del caos. Tienen vida propia y están contra mí. Enémistas.
La sensación de huir de algo pero tener un freno que nos impide correr libremente. O queremos alcanzar algo pero nunca llegar a tocarlo más que con la punta de un dedo.
Es el agobio. Está detrás. No nos alcanza pero no nos liberamos de la huida. Esta delante. Justo ahí pero no podemos cogerlo.
Esta mañana tengo que volar. La oportunidad es de oro. Nada me puede parar. Ni me podrá alcanzar. La agonía es tan agobiante que el entorno, que se ha convertido en rutina insípida es irrelevante.
Personas? Mundo. Antagón.
Antagónico que no es lo mismo que complicado
Tantos y tantos miles en estos pocos años… Ya no tienen cara.
Además de que, al formar parte de la cuerda y de lo insípidas que, como todo lo que no es dolor, son también.
-Estadio segundo:
Unos malditos tres días del dolor de muelas más insoportable.
Un mes de abstinencia tras un calvario con las drogas
Primer día de libertad tras un mes de cárcel (o un año o diez: la mayor parte de nosotros considera «un largo periodo» y, tras él el recuerdo es muy parecido. Un largo periodo. Verdaderos «problemas serios».
-Ahora, cuando veo a alguien que se duele por nada. O lo que a mi AHORA me parece nada no puedo por menos que pensar en el ridículo que se me antoja tal situación. La vergüenza ajena ante lo que, para una persona es una situación insoportable. Una vida imposible.
Ajena…¿Vergüenza ajena? Es que no tengo memoria. Como era mi vida y mis sentimientos antes de mis «verdaderos» dolores mis auténticos «problemas vitales» o mi calvarios
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Alguna terminología psiquiatrica que se ha utilizado para el caso se el sucidio/asesinato aereo de los Alpes
-delirio de ruina.
-suicidio redentorista