El viejo parque. Sol y sombra por Soleares

Con mi primera cámara me quedé asombrado de un lugar tan mágico. E intimista a veces en el mismo centro de Almería.

El parque Nicolás Salmerón.
Con plantas que tienen siglos de antigüedad. Algunas traídas de las Indias.
Impresionantes ficus que, si los dejan, llegarán a milenarios.


Con mi vieja guitarra hispano-suiza que tanto ha padecido junto a mi. Rota por un punky furioso de pastel (soplaflautas monófono); frustrado de no tener la sangre de este otro punk autentico y desvencijado.

Y restaurada por un estudiante de la madera asombrado de su sonido.

De las extrañas vigas interiores que sujetan sus graves dejando resbalar, a modo de trampolín, los sonidos agudos de la tripa (nylon perdón) catapultando todo al oído de un espectador (mi corrector había escrito expecador)…muchas veces inatento.
Como me gusta, cuando encuentro a otro tocaor,

dejar esta sonanta en sus manos y enfrentarme a cinco metros y cincuenta y cinco centimetros…

del erótico redondel que se abre a su vacío interior.
Ah! Sonanta sona santa. Como me has ayudado en solea tanta!
Sonido engrandecido por tantas horas de trabajo callejero al sol, bajo la nieve. de tarde, noche y madrugá.
A la oreja del anónimo escuchante atento.
A las ojeras del trasnochado sordo en apariencia…(adoro los puntos suspensivos)

pero esponja inconsciente que tendrá reverberos de buleá en su sueño matinal.
O las del agradecido madrugador que llega a la cantera con un sonido por alegrías nuevo que no es de radio ni mecánico. No hay reproductor que prostituya este sonido mejor.
Primeras fotos y sonidos sin alcohol tras décadas de falsa borrachera y meses de encierro voluntario.
Con ese asombro que produce la vida al que hace tiempo que solo la ve a través de una pequeña mirilla distorsionada.

Espejo convexo de un abandonado parque ferial que por no dar no da ni miedo ya!
Uno ahora que es capaz ahora de apreciar sus limpiezas y suciedades auténticas. Con sus olores que traen a la mente viejos algos olvidados.

LO VEO


Lo oigo ahora en la corta distancia de cuatro años y me lo agradezco.
Fui el único capaz de ayudarme…
pero también el único que estaba ahí.
Con mi música que, supongo, es lo que se me dió
Así que, quizá no estuve tan solo: escucha;

SOL Y SOMBRA POR FAVOR (con mas coñac que anís y un cubito en veranito)

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